En Colombia durante los últimos cinco años, la exploración y explotación minera ha sido parte de la agenda pública. Pero lejos de eso, solo en pequeñas provincias y pueblos históricamente mineros se han sentado a debatir la manera en que han de continuar en sus territorios. Estas comunidades han sido acusadas de prácticas mineras ilegales luego de que sus tierras fueran ocupadas por empresas mineras, quienes a través de la Agencia Nacional de Minas solicitaron títulos mineros para su explotación. El departamento del Quindío no ha sido del todo ajeno a esta situación, desde 1950 cientos de pequeños mineros de manera artesanal extraen piedras, arenas y arcillas de sus ríos. Hoy son perseguidos por las autoridades locales, acusados de minería ilegal, aunque aún son reconocidos por el Código de Minas.