Las producciones audiovisuales asiáticas han estado presentes en la televisión mexicana por décadas, es entonces cuando inicia el siglo que las series televisivas coreanas XXI logran un impacto en las audiencias de nuestro país, atrayendo la atención e interés de las productoras locales por entender cómo es que estas productos tan ajenos a nuestra cultura han logrado atraer a tan diversas miradas occidentales. En este ensayo se analiza la gradualidad orgánica con la que estas imágenes extranjeras han sido incluidas exitosamente en las televisiones de México.